Compartimos y apoyamos el propósito que anuncia en su cabecera.
Desde aquí animamos a nuestra compañera Carmen y esperamos pronto poder colaborar con ell@s.
Un abrazo fuerte.
Reconozcamos que entrar en una novela no es un acto sencillo. Las operaciones mentales que tiene que hacer el lector son complejísimas: la extracción de información inicial, el bosquejo de un panorama, las zonas que hay que dejar en suspenso, para rellenarlas apresuradamente apenas el autor suelta una pista complementaria; todo: época, lugar, personajes y sucesos, debe construirse apresuradamente y de forma provisional, tan solo para entender qué pasa. Y luego están las reglas que regirán el universo de ficción. Hasta no captar éstas, el lector no podrá prenderse del todo en la peripecia del protagonista —o de los protagonistas. Es una tarea de elaboración de hipótesis, de puesta a prueba constante, y de falsación parcial o global, seguida de reelaboración del universo narrativo.